El martes David trajo un silbato a clase. Un silbato un tanto peculiar, pues no era el habitual de metal o de plástico al que la mayoría estamos acostumbrados, era un silbato (que sirve para "chiflar" decía Nicolás A.) de madera.
El abuelo Matías, abuelo de David, le construyó el silbato con una ramita de avellano y es que los abuelos saben mucho y siempre se las ingenian para estar ocupados y hacer un montón de cosas creativas.En tiempos de nuestros abuelos eso sí era posible (soplar del mismo silbato) pero hoy en día y con la de catarros primaverales que hay por clase pensamos que más vale prevenir que curar... Aprovechando esta situación invitamos al abuelo Matías a que un día viniese a clase para enseñarnos como se hace y así disfrutar de la sabiduría de nuestros mayores, pero como bien he dicho antes, los abuelos a veces están también muy ocupados, así que como es muy amable poco a poco nos irá haciendo: ¡uno para cada uno!...¡ qué paciencia y qué trabajador!.
GRACIAS MATÍAS
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